Microdramas, 2

-¿Qué? -¿Qué de qué? -¿Por qué me ves así…? -¿Así… cómo? -Así. -No sé de qué hablas. No te estoy viendo de ninguna forma en particular… -¡Cómo no! ¡Mira! ¡¿Ya viste cómo te me quedas viendo?! -¿Yo? Estás loca. -¿Loca? ¿Te parece que estoy loca? -Ahorita sí. Ve nada más cómo te pones… -¡La culpa la tienes tú por quedarte viendo de esa forma tan…! -¿Tan qué? -Tan soez. Tan vulgar… -¿Yo? ¡¿De qué hablas?! Ni siquiera te estaba viendo a ti. -A mí no pero quién sabe a qué otra veías… -No estaba viendo a nadie. -Hace un momento dijiste que sí.

-No es cierto. Nunca dije eso. -¡Sí lo dijiste! ¡Dijiste claramente que no me estabas viendo a mi! -Eso lo dije porque tú crees que yo te estoy viendo de forma vulgar… -Por eso. Quiere decir que estás viendo de manera vulgar a otra… -Por favor, ya para… -¡Sí, ya sé! Quieres que pare para que no descubra con quién me engañas… -¡¡No te engaño!! -¿Entonces por qué te pones nervioso? -¡No estoy nervioso! -Te sudan las manos… -¡Siempre me sudan las manos! -Es por la culpabilidad… -¡No, es porque sudo mucho! -Ya lo sé. Me da asco, de hecho. -¿Qué? ¿Que me suden las manos? -Que sudes en general… Es de mal gusto. -Pues no puedo evitarlo. Y menos si estamos discutiendo. -¿Qué tiene que ver eso con sudar? -Que me pongo nervioso… -¿Por qué? ¿Porque sabes que tengo la razón? -No, no tienes la razón… -¡Ah! ¡Sólo eso me faltaba! ¡¿Tú crees que yo me invento todo…? -No dije eso… Dije que… ¡Mira, ¿sabes qué? Dejémoslo así! -¡¿Acaso no te importo?! -Claro que me importas. Es sólo que… -…que no me soportas. Es eso, ¿verdad? -No, mujer, nadie dijo eso. -¡Tú lo dijiste! -¿Yo? ¡¿Cuándo?! -¡Ya, ya! ¡Déjalo así…! No quiero discutir contigo… -¡Yo no estoy discutiendo! -¡¿No?! Mira nada más cómo te pones… -No, en serio… mira, mejor paremos. Antes de que… -¡Anda, dilo! ¡Antes de que me golpees! ¡¿Es eso, verdad?! ¡Quieres golpearme! -¡Nunca te golpearía! Mira, ¿qué te parece si mejor vemos la tele? -Como quieras. Si prefieres evadir la realidad… -Sí. Eso prefiero. Mira, ten el control… -Bueno…

-Mira, está empezando. Se ve que está buena esa película… -¿La película o la actriz? -La película. -No te hagas pendejo. Vi la carota de imbécil que pusiste… -Ay Marce, no empecemos por favor. -Está bien. Ya, ya me callo.

-¿Me quieres Juan? -Claro. -¿Mucho? -Mucho. -¿Y por qué no me ves a los ojos para decírmelo? -Pues porque estoy viendo la te… -¡La tele! ¡La pinche tele que siempre te enajena! -… -¿Qué? ¿Por qué me ves así…?

Oscuridad

Artículo publicado originalmente en Payaso Procaz. Cultura sin pudor, Abril 9, 2012