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  • Foto del escritorLeopoldo Silberman

De cortarse las venas

La cosa es que enamore, que seduzca, Pepe: tienes que hacer que las morras sientan bonito cuando les hables, cuando les digas cosas cachondas al oído, que se vengan bien sabroso nomás de oírte… ¿No te lo había dicho ya? Es lo mismo que hacíamos en la otra estación, sólo que más fregón. No se trata sólo de que empotres la voz y digas cursilerías, sino de que te atrevas a hacer lo que otros no hacen. ¿Quién? ¡No, ¡¿cómo crees?!! Ese cabrón y el otro suenan iguales… A ver, espérame tantito Pepe: dame un segundo… ¿Qué pachó? No, no, Marthita, dígales que no, que no nos interesa ahorita, ¡cómo chingan esos cabrones! Sí. Eso mero. ¡Ah! por cierto… háblele a la cuatita que vino ayer a verme para la prueba. La de los leggins morados. Ésa. Dígale que venga mañana. No, mejor hoy, más tarde. ‘Ta bueno. Perdón Pepe, te decía: Plutarco es un guapo. Plutarco es un seductor. Plutarco es el hombre más sexy de la radio de esta ciudad pitera. ¿Qué? No, no puede llamarse diferente. ¿Qué tiene de malo Plutarco? ¡¿Cómo va a sonar a cantante grupero?! ¡No me chingues pinche Pepe! No, no es por él, ¿quién se acuerda de ese pendejo? Le pusimos así en honor a mi abuelo que Dios tenga en su gloria. ¡Ah, ¿ya ve culero?! ¡Por andar de hocicón la anda cagando! Sí, sí, ya… no hay fijón, el viejo sabía muy bien que tenía un nombre del carajo. Aquí la cosa, Pepe, es que quiero que te pongas las pilas en fa porque comienzas mañana la pre. ¿Cómo que qué es eso? ¡Pues la preproducción menso! Híjole Pepe, de veras que a veces te me apendejas… Mira, quiero que te vayas empapando de canciones cursis, de todas las que se te ocurran. ¿Qué? ¿Para qué quieres el guión? Todavía no está. Tú comiénzale a dar a las canciones. Sí, al borrador le falta, ya sabes, una coma, un punto, cualquier mamada. Estará listo. Sí, sí. Tú ve memorizando canciones de esas de cortarse las venas que les gustan a las cuarentonas frígidas. No, no seas güey: es más bien algo así como “recitárselas”, hablárselas bonito, así, bajito y sexy pa que se prendan…¿Nunca has recitado? Sí, de esas mamadas como el brindis del bohemio o las que decía Paco Stanley. Revísale en youtube para que… ¿no sabes quién es Paco Stanley? No mames. ¿Neta? ¡¿Hay algo que sí sepas pinche Pepe?! Híjole, me cae que sólo porque eres sobrino de mi compadre… ¡Pues ya te dije que te pongas las pilas, chingá! Necesito que te pongas orita mismo a revisar eso porque tienes que mandarle a Rubén la lista para la grabación del piloto. ¡Pues claro que hay piloto! ¿A poco pensabas que salías así nomás por tu linda cara? No rey, aquí aunque seas hijo del presidente pasas una prueba. No vaya siendo que se te arrugue el asterisco frente al micrófono y termines hablando como Chabelo. Nanay: primero usté se aprende sus canciones y se me chuta todo un día viendo películas de Mauricio Garcés… ¿sí sabes quien es ese güey, verdad? ¡Menos mal! Mira, ¡si no eres tan pendejo! ¿Qué más? Ah sí: no te olvides de… Sí, claro: de eso no te preocupes que ya hablaremos. ¿Qué? ¿Y para qué quieres saber? No, si vas a comenzar de capitalista ya estuvo que se jodió la cosa…¡Aún no empiezas y ya me estás cobrando! Chale, mano, ¡qué mal pedo! ¡No, no, no, ya ni me digas! Puta madre, yo creía que tú eras diferente. Lo bueno es que todavía no firmamos el contrato de exclusividad. ¿Cómo que…? ¡Pues claro animal! ¿A poco creías que estamos jugando? No, m’hijo, estás muy nuevo en este bisnes: aquí todos tienen su sueldo más bonos, aguinaldo, vales de despensa y demás presta… Claro carnal, somos una productora seria. No güey, ¡perdiste tu oportunidad por andarme levantando falsos! Y yo de tarado ayudándote porque mi compadre tiene una fe ciega en ti. ¿Sabías que siempre te menciona cuando vamos a echar la chela? Siempre insistiendo: “Compadre, échale la mano a Pepe tú que andas bien conectado. es buen muchacho, es bien luchón…” Y yo de pendejo ofreciéndote el papel de tu vida… ¡Mira nomás qué cabrón eres! ¿Sí sabías que de aquí salieron Mariano y Toño? ¡Esos meros comenzaron en esa cabina y tú te pones tus moños! ¡¿Cómo no quieres que me ponga así si me tratas como si fuera un vil usurero?! ¡Ya, ya, ya! ¡Ni me digas! ¡¿Una segunda oportunidad después de lo que me dijiste?! ¡No, fíjate, no es tan fácil! ¿Yo cómo sé que no me vas a hacer lo mismo en unos días? O peor aún, ¡cuando ya estés al aire! ¡Ni madres! ¿Cómo que estás dispuesto a trabajar sin cobrar…? ¡Mejor piénsale que luego no hay vuelta de hoja! Okey… ya, no chille. Disculpa aceptada. ¡Pero sólo por el cariño que le tengo a mi compadre! Sí, está bien. Nomás ya no me hagas enojar pinche Pepe que te juro que a la siguiente te mando derechito a la verga. ¡Ya, ya! Mejor póngase a darle a las canciones que necesitamos la lista para empezar el guión. Terminar, quise decir. Ok. Pues ve dándole a eso y a construir tu personaje que tiene que estar bien chido, bien convincente. Y por favor, pinche Pepe, no te olvides: que seduzca, güey. Que seduzca.



Publicado originalmente en PLAYBOY México, no. 165, vol. XIV, Julio 2016.

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